Sunday, June 14, 2009

Sergio y el hecho de ser bilingue

Así como Maribel ha estado hablando del desarrollo del lenguaje de Florencia, yo les quiero comentar como ha sido el proceso desde el punto de vista de Sergio.

Para explicar los progresos y desafíos del proceso, lo voy a describir en tres pasos. El paso 1 fue la llegada y el sexto grado, que Sergio hizo en 3 meses (desde Abril hasta Junio de 2007). El segundo paso fue el séptimo grado, y el paso final fue el octavo grado.

La llegada y el sexto grado

A su llegada, Sergio tenía un manejo mínimo del inglés, con algunos elementos de vocabulario y gramática adquiridos en clases en el Instituto Chileno-Norteamericano y el Instituto Chileno-Británico. Estados Unidos en general y California en particular reciben muchos extranjeros, por lo que los colegios cuentan con programas ESL (English as a Second Language). Cuando fuimos a registrar a Sergio para el colegio, le hicieron un test de diagnóstico en inglés, para identificar su nivel y colocarlo en el nivel adecuado de ESL. Durante sexto grado asistió a clases de ESL y en paralelo a las clases normales con el resto de los alumnos (ciencia, matemática, artes). Se imaginarán que el golpe es muy fuerte y su rendimiento académico sufrió con la immersión total: tenía que ver presentaciones y dar pruebas en inglés que recién estaba aprendiendo. Durante esta época otros compañeros bilingües (principalmente mexicanos) fueron su salvación.

El manejo del idioma de los estudiantes es constantemente evaluado en a través del test STAR, el cuál fue administrado a Sergio un mes después de llegado. El reporte llegó a casa diciendo: Su hijo tiene un manejo muy bajo del inglés, le recomendamos estos libros y estas actividades para que mejore su nivel.

Un ingrediente adicional a esta historia fue su identificación como estudiante GATE (Gift and Talented), una especie de "super-dotado". Para los estudiantes GATE hay cursos especiales con profesores especiales, de modo de "sacarle el jugo" a las capacidades intelectuales y la curiosidad de los niños. Pero como Sergio no manejaba el inglés, los cursos GATE tendrían que esperar.

El séptimo grado
Séptimo grado fue un punto de inflexión, pues empezó el año desde el principio. Su nivel de inglés no era lo suficientemente bueno para que tomara las clases de inglés como un estudiante común, así que siguió asistiendo a clases ESL. Adicionalmente
asistía a clases de inglés los sábados por la mañana (lo que definitivamente no lo hacía muy feliz). Su rendimiento académico fue bueno en general, pero aún tenía problemas, especialmente en el área de comprensión (tanto de lectura como escuchar). Trabajamos el vocabulario en casa y yo lo ayudaba con sus tareas, tanto en corregir sus errores de gramática como sugerirle vocabulario. La immersión total, con la TV, las películas y los juegos ayudaron mucho a que su agudeza auditiva mejorara. Para final de año, el ya era capaz de entender mejor que nosotros y su vocabulario era muy amplio.

El octavo grado
Este último año fue el momento del salto final. Al terminar séptimo fue evaluado por su profesora de inglés y lo consideró apto para integrarse directamente a las clases de inglés para estudiantes GATE. Su rendimiento en la clase de matemáticas durante séptimo le valió también ser "promovido" a las clases GATE de matemáticas. Su horario de clases ahora incluía clases para estudiantes comunes y clases GATE. Su mejora en el manejo del idioma (no sólo leer o escribir, sino hablar y escuchar) fue evidente y empezó a corregirme. En ocasiones, mirando ciertas series de televisión, acudía a preguntarle o que me aclarara lo que habían dicho, pues ciertos detalles no lograba captar.

Durante sus clases de inglés ha trabajado en poesía shakesperiana, prosa, análisis de textos y ensayos. A veces me pide que le corrija, pero generalmente son detalles sobre la intensidad o lógica de los textos más que gramática o vocabulario. En su última evaluación STAR, nos notificaron que para el estado de California Sergio es un estudiante que tiene un alto dominio de inglés.

Hace algunos días, su profesora de inglés le entregó un diploma que dice "Sergio Castro has achieved Proficiency in the English Language". Su aprendizaje llegó al nivel en que es equivalente a sus pares nativos.

El idioma lleva consigo una mayor integración a nivel social, lo que le ha permitido conseguir amigos y aumentar su actividad social. Para nosotros, ese cambio nos causa gran dolor, pues su despegue social se produjo junto un par de meses antes de que nos vayamos del país. De modo egoísta podríamos decir que era más fácil llevarselo mientras no tuviera amigos, lo que ahora no es cierto.

¿Qué desafíos trae tener un hijo bilingüe?
Hay tres desafíos muy interesantes que esta situación nos ha traído como padres. El primero, muy rutinario, tiene que ver con las tareas: cuando necesita asistencia en algún problema, necesita explicarlo o preguntar en inglés, pues hay vocabulario específico que él no conoce en español y yo tampoco conozco en inglés. Por ejemplo, ¿sabían Uds que los lados adyacentes a la hipotenusa en un triángulo rectángulo en inglés se llaman legs?

El segundo problema se produce durante las conversaciones familiares en la cena: hay veces en que sus charlas son interrumpidas por silencios porque no conoce la palabra en español, por lo que tiene que "saltar" al inglés para poder expresarse. Por política, en casa se habla español y las fallas de vocabulario son permitidas para que aprenda la palabra
correspondiente.

El tercero es el más complejo de todos. Dado su nivel de inglés, en muchos casos mejor que el nuestro, le da pie para corregirnos (principalmente en la pronunciación). Para muchos padres la disciplina y la capacidad para educar a un hijo dependen de su percepción de estar más "arriba" o un paso adelante de sus hijos. Sin ese sentimiento, los padres se siente débiles y la estructura se resiente. Por ello, este avance en el idioma de los hijos nos ha tomado como padres más con
alegría que con miedo: la sabiduría y el cariño van más allá del idioma que uses para expresarlo; el respeto se va dar por como los guías, no en que lenguaje lo transmites.

Demás está decir que estamos felices por el crecimiento intelectual y social de Sergio en San Diego, y esperamos que ese proceso continúe en Nueva Zelandia.

Los cambios que nos esperan

Cambiarse de país es una empresa costosa y desgastadora, pero grandiosa en el mediano plazo. Conocer gente, vivir situaciones que no imaginaste, ponerte a prueba como persona y como familia, aprender un idioma.

Con nuestra próxima mudanza a Nueva Zelandia, me he puesto a pensar que cambios se van a venir. Esto es una compilación de las cosas pequeñas y grandes que van a variar.

(Nota del autor: El post lo preparé antes de viajar, ahora que estamos aquí conocemos mejor la situación y por lo tanto sufrió algunas ediciones).

El idioma. Uds pensarán que estoy bromeando al respecto, pero no. En mis interacciones con los nativos, siempre me ha costado entenderles pues la pronunciación del inglés es diferente a la que estoy acostumbrado, pero por sobre todo, tienden a murmurar muchas veces, haciéndolos mas ininteligibles.

En base a la experiencia de una semana acá, aparte de la pronunciacion diferente (donde las 'e' son pronunciadas casi como 'i', como "ten" suena casi como "tin", la 'c' suena como zeta americana y la 'z' se dice 'zed'), los vocablos locales son diferentes:
  • El carro de supermercado, en Estados Unidos es "cart", aca es "trolley".
  • El coche para bebés en Estados Unidos es "stroller", acá es "tram".
  • La gasolinera es "petrol station", comparado con "gas station".
  • Los ascensores son "lift", no "elevators".

Cambio de hemisferio. Dejamos el verano entre Junio-Septiembre y volvemos a la estructura de año a la que estamos habituados. Por lo mismo, el año escolar vuelve a ser de Marzo a Diciembre en vez de Agosto a Junio.

El sistema de unidades. Vamos a dejar atrás las millas, los pies, las pulgadas para recibir los metros, centímetros y kilómetros. Olvidarse de las libras y las onzas para volver a pesar en kilogramos. Nunca logramos entender las unidades para fluidos (salvo el galón), así que bienvenidos son los litros.

El clima. San Diego se conoce como la ciudad con mejor clima en Estados Unidos, con un clima mediterráneo semi-árido. Wellington, por su parte, es mucho más fresco y lluvioso (esperamos un incremento de unas 100 veces la cantidad de lluvia!). Este mismo hecho nos ha traído dolores de cabeza, pues no estamos preparados para el frío. Como Sergio fue a la costa este por su viaje de estudio durante el invierno, tuvo que comprar ropa de abrigo. Yo, como fuí a Punta Arenas en primavera, también compré ropa. Pero las niñas no tienen lo necesario para capear lluvia, frío y viento (y conseguir en época de primavera en San Diego es casi imposible).
El invierno de Wellington fue peor de lo que esperábamos y según palabras de los locales, éste ha sido el invierno más frío en muchos años. Cuando llueve la temperatura es tolerable, pero cuando corre el viento del sur (conocido como southerlies) que trae frio de la Antártida, necesitas chaqueta y pantalones que te protejan.


La manera de conducir. Una de las modificaciones que más me asusta es que en Nueva Zelandia, como todo miembro del Commonwealth Británico, manejan por la izquierda! He estado como peatón en Japón, donde también se conduce por la izquierda, pero acá voy a tener que usar un auto. Veremos cuanto nos cuesta adaptarnos al sistema (esperando no causar un accidente en el proceso).
Despues de una semana manejando ya estoy acostumbrado, aunque los dos primeros dias era natural mirar para el lado izquierdo al hacer una maniobra. No sólo eso, el volante está a la derecha, por lo que señalizas tus virajes con la mano derecha, haces los cambios con la izquierda, etc.

Pagos por semana: Los servicios, como arriendo y servicios basicos, se pagan semanalmente (no mensualmente). Mi sueldo si seria mensual, aunque originalmente pensé que sería semanal.

La gente en Nueva Zelandia es amable, amistosa y dispuesta a ayudar. La mayoría de los immigrantes son asiáticos o del medio oriente, por lo que los latinos no son tan frecuentes (aunque nos hemos encontrado con una decena de chilenos en el país bajo la modalidad de working holiday).

Veremos que otros cambios nos esperan con el pasar del tiempo.