Saturday, July 6, 2013

Unlucky

Desde que llegué a Nueva Zelandia me involucré en una de mis pasiones: el fútbol. Una coordinadora de deportes del colegio de mi hijo (que estudia en secundaria) me llamó para preguntarme si quería ofrecerme de voluntario, y ponerle un poco de "sazón sudamericano" al fútbol de los kiwis. Yo acepté sin pestañear, y ya llevo cuatro años haciendo de entrenador en los equipos de mi hijo, con diversos resultados.

Jugar fútbol aquí es para las niñas y para los muchachos que, o no son suficientemente rudos para el rugby, o tienen influencia europea (o sudamericana) en sus familias. Por esto, el nivel de atención, recursos y conocimiento de los jugadores y padres está bajo el óptimo. El fútbol es secundario en Nueva Zelandia, y como muestra, la última participación de los All Whites (selección adulta de fútbol) en el mundial de Sudáfrica, con 3 empates colgados del travesaño se vende como heroica

Si quisieramos describir el fútbol aquí, habría que decir que se corre mucho y se corre mucho. En general el nivel de visión o habilidad con el balón no es muy alto, se admira el fútbol inglés, se desprecia la pausa y el "segundo" extra para pensar la jugada. Como será el nivel del fútbol, que la gran figura de los All Whites es Marco Rojas, también llamado el "Messi kiwi", que es un hijo de chilenos nacido acá y que aprendió fútbol con sus tíos y primos!

Se preguntarán ¿de dónde viene el título del post? Unlucky es una expresión que se usa recurrentemente en los deportes acá, es un comentario positivo desde fuera de la cancha para apreciar cierto esfuerzo, cierto intento. Para ayudar al lector a visualizar esta situación, imagine que un jugador de fútbol corre con el balón controlado, decide tirar al arco desde 20-25 metros, y su tiro se va alto y ancho por 3 metros: aquellos apoyando al equipo dirán fuerte y claro unlucky! y el juego seguirá. Esto se repite si alguien manda un pase muy corto, o muy largo, o incluso en las pifias mas groseras. Según yo lo veo, es una máscara para ocultar con algo de positivismo la falta de habilidades en un deporte. Lamentablemente no he visto suficiente rugby en vivo para ver si esto se repite, pero mi intuición me dice que dado el nivel de conocimiento sobre rugby en el país, la situación es diferente y no se atribuye a la suerte un buen o mal pase o tackle, sino a la habilidad y a la práctica.

Para finalizar, en todas mis campañas como entrenador, la mejor fue cuando mi equipo tenía tres sudamericanos: un central colombiano, un volante de quite chileno (mi hijo) y un delantero brasileño que hacía tres o más goles por partido. La compostura, la técnica y la visión contagiaban al resto y hubo partidos en que el juego era brillante.

Cosas raras en Nueva Zelandia

Me ha costado retomar el blog, mas que por falta de tiempo, es por falta de inspiración. Ya cumplimos cuatro años desde que llegamos una fría noche de Junio a Wellington, y el proceso de adaptación ha sido más lento y más trabajoso de lo que esperamos.

La gente acá es más relajada y en algunos casos, rara. Para ilustrarlo, les voy a contar unas anécdotas que le sucedieron a Maribel. La primera, estaba ella en la casa y de repente se encuentra con un hombre en el living: era un antiguo arrendatario que venía a devolver la llave que tenía y que no pensó que la casa estuviera arrendada (?). La segunda, tambíen relacionado con el acceso a la casa, tiene que ver con el hombre que entró a la casa para registrar el consumo eléctrico de la casa (el medidor está adentro). Dado estos eventos, le reclamamos al arrendador para saber si alguien mas tenía acceso a la casa! Viniendo de una sociedad paranoica como la chilena y en menor medida la norteamericana, encontrar un extraño en la casa es bastante curioso. Otro evento similar en menor medida, la tercera anécdota cuenta cuando Maribel encontró al vecino dentro de la casa, quien había entrado por la puerta trasera. El venía a quejarse que la salida de aire de la secadora apuntaba a su casa y eso le "hacía mal". Tuvimos que cambiar el escape para que apuntara a nuestro patio de modo de mantener la convivencia.

Las casas en general no tienen rejas, las puertas se mantienen abiertas, el uso de cortinas es por abrigo mas que para proteger que la gente de afuera mire la casa. Tanta es la "confianza", que en más de una ocasión hemos dejado la puerta de la calle abierta de par en par sin que nada pasara. Pero, como tanto va el cántaro al agua que se quiebra, un día dejamos una ventana abierta y alguien oportunista entró y se robó algunas cosas chicas, y no tan chicas como uno de mis lentes para fotografía.

De a poco retomaré el blog, tengo ya un par de ideas!